miércoles, 6 de febrero de 2013

Peine

El milico vestía de verde, bajó de una camioneta, en la cañoto. Entró a una licorería, no sé a qué, pero tenía un formulario. Sería para anotar las coimas. Su traje estaba impecable, todo verde, camisa verde, pantalón verde, gorra verde y un cinturón negro desde donde colgaban dos pistolas enfundadas, una de cada lado que hacían juego con dos borceguíes también negros. Como todo uniforme era completamente homogéneo, esperable. Lo único que desentonaba con la monotonía de su camuflaje era la parte posterior de un peine rojo fluorescente que asomaba desde su bolsillo trasero. Milico, pero coqueto...

No hay comentarios:

Publicar un comentario